Valentino Uomo de Vlentino, es un “Eau de Toilette” para hombre incluido en la familia Amaderada Especiada. Se trata de un aroma intenso y seductor, que representa a la aristocracia italiana, ya que su inspiración fue un Palazzo romano, en el que altas personalidades están almorzando en una de sus terrazas. Riquezas, éxitos y ambiciones, son los temas de conversación, características que la firma, deseó plasmar en su perfume.
Esta fragancia fue lanzada en el año 2014 por Olivier Polge. Su historia nos traslada hasta Roma, ciudad escogida para ser el escenario de esta historia, concretamente hasta el palazzo familiar de una de las familias más influyentes del país, un lugar en que el presente se entremezcla con el pasado produciendo una exquisita simbiosis. La tradición y el clasicismo ponen la guinda al perfume, una esencia que brilla por su artesanía, haciendo a la vez, un guiño al hombre contemporáneo.
Su pirámide olfativa nos ofrece varios cambios durante toda su estela, subidas y bajadas, cambios de temperatura y la aparición de nuevas intenciones, así como el hombre Valentino, un hombre impetuoso que se refleja en esta creación. Su inicio destila frescura masculina, gracias a la fusión de mirra y bergamota, que abre paso a un corazón adictivo, dulce y amargo, creado por café tostado, chocolate y avellana, una combinación excitante. Finalmente, el cuero y el cedro le aportan su faceta más varonil.
SEXYS Y CONVENCIONALES. Así son los hombres Valentino. Hombres atractivos a rabiar y de carácter clásico, por lo que el hombre siempre es quien da el primer paso y se acerca, presumiendo de su galantería y caballerosidad.
LA CIUDAD VACÍA. Su film de publicitación, nos cuenta la historia de dos jóvenes que se conocen en una exclusiva fiesta, él es el encargado de seducirla, y la invita a pasar la noche a su casa, un inmenso palacete. De camino a casa en un coche de época, la pareja no encuentra a nadie en la ciudad, creando así una atmósfera enigmática y atrayente.
FRASCO DE CRISTAL. Su envase, está tallado sobre cristal, simbolizando una frasca, o lo que es lo mismo, una botella antigua en la que se guardaba el coñac. Una vistosa placa dorada se instaura sobre el cristal, con el nombre de la fragancia grabado sobre ella.
